El relato nos situa después de l caida de Edipo, padre de Antígona y de los dos hermanos Eteocles y Polinices, los dos caídos en combate. A saber: inmediatamente después del exilio de Edipo, sus dos hijos intentan repartirse el poder de Tebas, acordando un reinado anual alterno. Cumplido el primer año, Polinices reclama su turno, pero es desatendido por Eteocles, lo qual va a provocar una contienda en la que perecen ambos hermanos.
La obra de Sófocles nos pone en este punto: Antígona intenta enterrar a su hermano Polinices, pero el nuevo administrador del reino de Tebas, Creonte, se lo impide alegando que fue un traidor al ser él el que atacó la ciudad de Tebas, defendida por Eteocles.
Pues bien, centrados en la contienda entre quienes creen que es un deber moral y legítimamente divino enterrar al hermano
(Antígona) y quienes creen que deben atenderse las leyes patrias de no dar sepultura al traidor (Creonte) discurre la obra de Sófocles.
Sófocles nos presenta dos personajes alejados de la moderación, de la inteligencia, de la reflexión, cosa ésta que es lo que, precisamente, demanda su obra. El no ceder ninguno de los dos provoca cierta antipatía hacia uno y otro.
La simple solución hubiera sido enterrar al muerto, como mantenía Antígona, pero no en suelo Tebano. Pero no fué hallada por el encontronazo de dos mentes irreflexivas, dando lugar ello al fatal desenlace que, obviamente, no vamos a relatar aquí, si queremos que la obra sea leída al completo. Si quereis ver una versión en griego subtitulada al castellano, podeís verAntigona
Para saber más sobre Sófocles
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